martes, 22 de noviembre de 2011

La misión y el ministerio de los ajustadores del pensamiento.

LA MISIÓN de los Ajustadores del Pensamiento para las razas humanas consiste en representar, en ser, el Padre Universal para las criaturas mortales del tiempo y del espacio; ésa es la tarea fundamental de estos dones divinos. Su misión consiste también en elevar la mente mortal y en trasladar el alma inmortal de los hombres a las alturas divinas y a los niveles espirituales de la perfección del Paraíso. En la experiencia de transformar de esta manera la naturaleza humana de la criatura temporal en la naturaleza divina del finalista eterno, el Ajustador origina a un tipo singular de ser, un ser que consiste en la unión eterna del Ajustador perfecto y de la criatura perfeccionada, que es imposible de duplicar por ninguna otra técnica universal.

      
Nada en el universo entero puede substituir el hecho de la experiencia en los niveles no existenciales. El Dios infinito es, como siempre, repleto y completo, infinitamente inclusivo de todas las cosas excepto el mal y la experiencia de las criaturas. Dios no puede hacer el mal; es infalible. Dios no puede conocer experiencialmente lo que nunca ha experimentado personalmente. El preconocimiento de Dios es existencial. Por lo tanto el espíritu del Padre desciende del Paraíso para participar con los mortales finitos en cada experiencia bona fide de la carrera ascendente; es tan sólo mediante este método mediante el que el Dios existencial puede volverse en verdad y en hecho el Padre experiencial del hombre. La infinidad del Dios eterno abarca el potencial para la experiencia finita, que en efecto se torna actual en el ministerio de los fragmentos Ajustadores, los cuales efectivamente comparten las experiencias de las vicisitudes del vivir de los seres humanos.